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MÁS DE 20.000 AMPUTADOS UCRANIANOS ENFRENTAN UN TRAUMA

La guerra en Ucrania ha dejado un legado doloroso para el país, con más de 20.000 amputados, muchos de los cuales son soldados que también sufren traumas psicológicos debido a su servicio en el frente de batalla. Esta situación es inédita en Europa desde la Primera Guerra Mundial y en Estados Unidos desde la Guerra Civil.

La creciente necesidad de prótesis en Ucrania no puede ser tratada debido a la falta de especialistas en el país, según Olha Rudneva, directora del centro Superhumans, que se dedica a la rehabilitación de militares ucranianos amputados. Antes del conflicto, sólo cinco personas en toda Ucrania tenían formación formal en rehabilitación para amputaciones de brazos o manos, que son menos comunes que las amputaciones de piernas y pies.

Los centros de rehabilitación Unbroken y Superhumans proveen prótesis a los soldados ucranianos con fondos provenientes de donantes internacionales, organizaciones benéficas y empresas privadas ucranianas. A pesar de sus esfuerzos, la demanda supera la capacidad de producción y suministro de prótesis en el país.

La agencia AP publicó una serie de ejemplos de esta dura realidad. Es el paracaidista Mykhailo Yurchuk, quien resultó herido en las primeras semanas del conflicto cerca de la ciudad de Izium. Sus compañeros de armas lo llevaron en una camilla improvisada durante una hora para ponerlo a salvo. En ese momento, la idea de poner fin a su vida con una granada cruzó su mente. Sin embargo, un valiente médico se negó a abandonarlo y lo sostuvo de la mano mientras perdía el conocimiento.

Cuando finalmente se despertó en una unidad de cuidados intensivos, ese médico todavía estaba a su lado, ofreciéndole apoyo en medio de la adversidad.

Las secuelas de la guerra son evidentes en el pequeño grupo de soldados que se reúnen afuera. Comparten cigarrillos y sus historias de guerra, a veces con casualidad y otras con irritación, ya que sus recuerdos se vuelven poco confiables debido al último día de combate, el día en que la guerra les arrebató sus extremidades.

Algunos de ellos pueden recordar claramente el momento exacto en el que resultaron heridos, ya sea por minas anti tanques, bombas aéreas, misiles o proyectiles. Sin embargo, para otros, las lagunas en sus recuerdos son una parte significativa de su experiencia.

Vitaliy Bilyak, con su cuerpo delgado, estaba cubierto de cicatrices que culminan en una amputación por encima de la rodilla. Tras permanecer en coma durante seis semanas, Bilyak se sometió a más de 10 cirugías, incluyendo procedimientos en la mandíbula, la mano y el talón, para recuperarse de las graves heridas que sufrió el 22 de abril, cuando pisó un par de minas antitanques.