El problema de agua en Durango y Querétaro
Durango enfrenta una de las sequías más severas de los últimos años, afectando gravemente a la agricultura y ganadería regionales. Este fenómeno ha provocado la muerte de al menos 25,500 cabezas de ganado, lo cual no solo representa una pérdida económica significativa para los productores sino también pone en riesgo la seguridad alimentaria de la región.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha clasificado al 40.6% del estado en una situación excepcional de sequía, lo que subraya la gravedad de la situación y la necesidad de implementar medidas urgentes para mitigar los efectos de esta crisis ambiental. La sequía no solo ha mermado los recursos hídricos disponibles para la agricultura y la ganadería, sino que también ha exacerbado problemas de acceso al agua para consumo humano y uso doméstico, elevando las tensiones en las comunidades afectadas.
Querétaro enfrenta un desafío crítico debido al estiaje que ha afectado las siete presas más importantes del estado, comprometiendo seriamente la sostenibilidad del suministro de agua.
Esta situación alarmante pone en relieve la vulnerabilidad de los sistemas de agua ante los efectos del cambio climático y la variabilidad hidrológica. La reducción en los niveles de agua de estas presas amenaza no solo el abastecimiento para el consumo humano y actividades domésticas, sino también para la irrigación en el sector agrícola, fundamental para la economía local.
Este escenario exige una respuesta coordinada que incluya estrategias de gestión del agua más eficientes, inversiones en infraestructura hídrica y programas de concientización sobre el uso responsable del agua.
La crisis del estiaje en Querétaro es un llamado urgente a revisar y fortalecer las políticas de gestión de recursos hídricos para enfrentar los desafíos actuales y futuros en la materia.