EL NIÑO, UN FENÓMENO GLOBAL
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) declaró oficialmente el fenómeno de El Niño tras confirmar que por primera vez en siete años se han detectado en el océano Pacífico tropical las condiciones que, muy probablemente causarán un aumento de las temperaturas y alteraciones meteorológicas este año.
“La aparición de El Niño aumentará considerablemente la probabilidad de romper nuevos récords de temperatura y de que se desencadene un calor más extremo en muchas partes del mundo y en el océano”, advirtió el secretario general de la OMM y meteorólogo, Petteri Taalas.
La subida de las temperaturas se dará sobre todo en los próximos tres meses y persistirá hasta el final de 2023, con una intensidad que “será al menos moderada”, pero no se descarta que pueda ser un fenómeno severo.
La OMM recordó que esta es la primera vez desde el periodo 2015-2016 en que la comunidad científica está de acuerdo en que el mundo está ante un fenómeno de El Niño y que esta declaración es “la señal para que los gobiernos de todo el mundo pongan en marcha los preparativos para frenar las consecuencias de este fenómeno en nuestra salud, ecosistemas y economías”.
El Niño de ese periodo coincidió con que 2016 fuese el año más caliente globalmente que se haya jamás registrado, entre más consecuencias, puede sumar a la inseguridad alimentaria en ciertas regiones afectadas, así como aumentar la carga de enfermedades infecciosas, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Al alterar las condiciones climáticas, El Niño tendrá un impacto muy fuerte en ciertos factores de la salud. Nos preocupa en especial la inseguridad alimentaria y el aumento de la malnutrición moderada y aguda, especialmente entre los más vulnerables”, dijo a la prensa la doctora María Neira, directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud en la OMS.
Asimismo, señaló que puede producirse una aumento de enfermedades transmisibles por el agua, como el cólera, sea como consecuencia de la escasez de este elemento en ciertos entornos o por el daño que pueden sufrir las infraestructura de atención médica y de saneamiento en lugares donde haya inundaciones o ciclones.